Dirección y Dramaturgía: Verónica Ochoa Sánchez. Actuación: Angélica Martín Sandino y Sebastián Rivera. Imagen: Gil Elvgren. Producción: Resortera.
Una pin up es una sexy figurita que es fijada con pines a la pared.
Una pin up habla con voz lúbrica y lasciva hasta para pedir un frasco para un examen coprológico.
Las neuronas de una pin up tienen forma de moñito de liguero.
Del culo de las pin ups salía la “moral” que los soldados norteamericanos necesitaban en la II Guerra Mundial para atacar a sus enemigos.
Una pin up no sabe ni clavar una puntilla, ni serruchar una tabla sin ponerse en ridículo.
Las chicas pin ups caminan cómo si tuvieran un vibrador entre las piernas todo el tiempo.
Las chicas pin ups prestaban sus cuerpos para ser reproducidos en los fuselajes de los aviones y en los misiles con los que bombardeaban los territorios enemigos.
Cuando una pin up va al médico y el médico le dice: “Tenemos que hacer una revisión a fondo” ella, sin más, se quita la ropa interior.
Las pin ups no requerían de diccionarios puesto que la única palabra que verdaderamente necesitaban era: SI.
La pin up más famosa de la historia murió en 1962 de una sobredosis de barbitúricos o asesinada, aun no se sabe.
A esta pin up que está acá, en este cuarto, se le llenó la copa, se le derramó la gota, se le saltó la aguja, se le estalló la tapa, se le reventó el orto, se le agotó la paciencia.